The smell after rain

Si te dijese que odio el olor de la lluvia mezclado con los primeros rayos de sol después de una tormenta, te mentiría.
Si te dijese que no soy una maniática y que los comentarios de los demás  me dan igual, te mentiría.
Si te dijese que no vuelvo cada tarde allí donde solíamos gritar, te mentiría.
Si te dijese que te quiero, también te mentiría.
Si te digo que he crecido al menos medio centímetro desde la ultima vez que nos vimos, te mentiría de nuevo.
Si te dejare que he adelgazado desde la ultima vez que me cogiste por la cintura, te mentiría igual que la veces anteriores.
¿Pero y que mas te da? Ahora somos dos extraños que cuando se ven no son capaces de mirarse a la cara, que se esquivan con la mirada.
Dos extraños que mientras están en el autobús bajan la cabeza y se sonríen para si mismos.
Me enseñaste a gritar, a sentir y a vivir. Pero ningún de los dos nos enseñamos a querernos ni entre nosotros, ni a nosotros.
Y ya va siendo hora de quitarnos los miedos, de olvidarnos de esfumarnos. Adiós a ti a tus ataques repentinos de locura. No nos extrañemos mas, es hora de desaparecer.